martes, 18 de febrero de 2014

MAS NIÑOS A LA CANCHA, MAS FIESTA.

No llega solo, porque uno como niño no lo va a buscar, es alguien de la familia, alguien cercano que nos lo presenta, acerca, lo vivimos, lo palpamos y luego decidimos, puede ser la primera decisión que tomemos, siendo niños, que nos puede marcar para el resto de nuestra vida.
 
En mi caso , llego por mi abuelo, el me llevo a Matvte cuando tenia cuatro años, pero mis recuerdos son a partir de los seis para adelante, pero no solo era ir a ver a Alianza, nos íbamos a ver jugar al Municipal, Chalaco, Boys, Cristal, u y todos los partidos del fin de semana, ahí yo empezaba a decidir, ya lo había hecho antes pero no lo lo decía a mi abuelo, creo que nunca se lo dije. Muchos tíos simpatizantes de la u, me decían que como un "blanquito" podía ser hincha de Alianza, que eso era de negros, obreros, monos (estúpidos hay en todas las familias), en los 80s, el racismo estaba muy marcado y no tan asolapado como ahora.
 
Recuerdo que en primer grado, todos lo lunes la profesora nos decía que dibujemos que habíamos hecho el fin de semana, yo dibujaba un estadio, a mi manera, lo pintaba de azul y blanco, todos los lunes, esos recuerdos los tengo bien grabados.
 
Creo que al momento de escoger nuestro hinchaje, vamos formando nuestra forma de ser, muy aparte de la crianza de casa, se aprende mucho con los años en la popular svr, donde hablamos de hermandad, donde apoyamos sin conocer  al hermano que cayó en desgracia, donde Alianza esta primero que todo y todos tiramos para el mismo lado.


 
 
 
El día 31 de enero, fue la presentación del equipo 2014, estuve desde casi las cinco de la tarde parado afuera del estadio, observe que habían mas niños que lo normal, caminando con su camiseta, desde los tres años, hasta los diez u once, quisa porque era verano, vacaciones y los padres los llevaron, pero eso no solo debe de ser por una presentación o una sola fecha, nosotros como padres-hinchas, deberíamos tener como obligación llevar a nuestros hijos, sobrinos, ahijados, a la cancha, que empiecen a llenarse los ojos, como lo hicimos nosotros, no seamos egoístas y empecemos a compartir, lo que en algún momento nuestros abuelos, padres o tíos lo hicieron con nosotros, estoy seguro, que esos niños serán eternamente agradecidos, sera una experiencia inolvidable, que merecen vivir.

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