Papi
, papi,
las pilas se bajaron, no vamos a poder escuchar el partido, papi
como hacemos?, Carlitos
tranquilo hijo, el partido tu lo escucharas si o si, tu dejamelo a mi; como casi siempre el
padre tenia que complacer a su hijo en casi lo único que podía, escuchar los fines de semana a
su Atlético,
a su equipo del barrio, que fue creciendo con los años y ahora estaba
a punto de ser campeón,
jugaba la semifinal.
Carajo!,
no tengo plata ni para unas pilas, decía el albañil de 25 años, su hijo
de 5 años, vivían
solos, su madre los abandono, por esas cosas de la vida, el padre albañil nunca
reclamo, nunca se ofendió, siguió adelante con su hijo en brazos
y eran muy felices los fines de semana escuchando al Atlético por la radio.
Fue a la tienda del barrio y pidió fiado un par de pilas, faltaban
pocos minutos para que empiece el partido y no podía defraudar a su Carlitos,
consiguió
las pilas y fue corriendo a casa, le entrego las pilas a su hijo y se sentaron
en la cama a escuchar la semifinal, el Atlético gano dos a cero y clasifico a
la final, Carlitos
lloraba, el padre se sentía feliz por su equipo y por su
hijo.
Papi
, papi,
sabes que el domingo es mi cumpleaños...Si Carlitos lo sé...Papi papi,
el domingo es la final , se que no tenemos plata para ir a la cancha, pero ese
seria el mejor de los regalos del mundo.
Al día
siguiente
como todos los lunes, hubo una reunión en la obra donde trabajaba el
padre y hablo con el capataz, solicitandole que el pago se lo realice
jueves y no sábado,
para poder tener tiempo de comprar las entradas para la final, sabiendo que ese
gasto afectaría
en el hogar, el padre pensaba que no importaba que el deje de comer, que se
vaya caminando al trabajo, que dejaría de fumar una semana, todo por
dos entradas a la popular para la final, por el cumpleaños de su Carlitos,
por su Atletico
Campeon!.
El padre llego a conseguir las entradas, fue a la cancha con su hijo,
estaban felices, Carlitos
miraba todo, el Atlético salio campeón, fue su primera vez en la
cancha, su fue primer campeonato, Carlitos se sentía seguro, agarrando la mano
de su papi en cada ataque del Atlético, abrazándose en cada gol, siendo feliz,
felices.
Llegando a la casa, felices, Carlitos abrazo a su padre y le dijo:
"Papi
, papi,
te amo, gracias, este día nunca lo olvidare y te juro que cuando yo sea grande
y trabaje nos haremos socios, para ir todos los domingos a la cancha
juntos".
Han pasado 20 años de aquella primera vez en la cancha y la promesa de Carlitos
con su padre, ha pasado mucho en la vida de ambos, Carlitos
ya un profesional gracias a la beca otorgada por una universidad, empleado de
un banco, cumplio
su sueño, a los 26 años se hizo socio él y a su padre, llego a su nueva casa, abrió la
puerta y le dijo como siempre:" Papi papi, te lo prometí acá esta, tu carnet
de socio del Atletico,
Feliz dia
Papi,
Feliz día
del Padre!.
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