El miércoles 29, saliendo del Alianza -- Cienciano, me dirigí al local de la ABA, tomando unas cervezas con la gente, estuve conversando con dos chicos de los Sicarios, ellos me comentaban que su ídolo es Waldir, me preguntaron a quien vi, seguí, admire, mi respuesta fue Cesar Cueto y Luis Escobar.
Ya cerca de la medianoche, regresando a casa, recordaba el primer gol de Luis, tenia 8 años, era setiembre del 84, estaba en occidente intermedia del nacional con mi abuelo, viendo el Alianza-sc, Luis ya había debutado contra en Octavio Espinoza meses antes en Matute, con mi abuelo seguíamos en esa época a los menores, a el le encantaba el juego de Luis, el me decía que era lo mas cercano que había visto a Maestro Villanueva.
El potrillo tenia 15 años, ese día marco dos veces, nos dio el triunfo 2-1, ahí empezó una admiración de mi parte, a quien después tuve la suerte de conocer en persona y seguir su juego, iba a matute y muchas veces dejaba de ver el partido y solo lo seguía con la mirada, sus movimientos, desmarques, desplantes, le pegaban, pegaba, era macho, cuando corría parecía que volaba, zurdo o diestro?, manejaba los dos perfiles, su golpe de cabeza era casi perfecto.
A Lucho Escobar, le vi hacer cosas increíbles en la cancha, goles mágicos, como contra UTC un miércoles en la noche en Matute, esquina de occidente con sur, cerca del corner, de ahí colgar a Purizaga o un gol de volea, norte con oriente del estadio nacional al Alfonso Ugarte por una liguilla.
Luis Escobar era mágico, igual por esa época la prensa lo tildaba de fracasado, tenia 16 años, ya había jugado en todas las categorías de selecciones, querían que el asuma y se ponga el equipo al hombro y gane partidos solo, con 16 años?, imposible, era muy bueno, junto con Cesar Cueto, lo mejor que vi no solo en Alianza, sino en el Perú, no lo supieron rodear, se nos fue joven, muy joven, un adolescente, que salia a la cancha a divertirse, gritaba los goles con euforia, con una mezcla de rabia y alegría, el sabia jugar clásicos, desde los menores lo vivió distinto. Así como no saldrá otro Cueto, tampoco saldrá otro Escobar, son únicos, lastima que a uno lo disfrutamos muy poco.
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